El deseo de escapar, de transportarme a lugares imaginados, a momentos imaginarios, está siempre presente en mi obra.
Gran parte de mi trabajo se inspira en el paisaje. Por la sutil luz del Norte. Por el paisaje del Norte: el norte de Canadá, Islandia, Irlanda, Escocia. Por el gran cielo. Junto al mar.
Pero va más allá del paisaje. Se trata de la memoria: de la atmósfera, de la impresión que deja un amanecer o un atardecer o un sol de medianoche, de un cielo nocturno, de una breve mirada a las nubes o al horizonte o a la tierra o al mar, de la forma de una montaña o de una roca o de una piedra. Es la abstracción de esta memoria, la imaginación de esa memoria. Mi trabajo sorprende a veces: por el contraste de sutiles cambios de color y líneas duras y atrevidas, por los colores brillantes, por el blanco y negro. Despierta la curiosidad. Lo que creíamos reconocer se ha vuelto ambiguo, misterioso, místico.

Otros medios de comunicación
