Exposición individual en la Galería de Arte Propeller de Toronto
Mis obras se inspiran principalmente en el paisaje. Por el paisaje del Norte: el norte de Canadá, Islandia, Irlanda, Escocia. Por el gran cielo. Junto al mar.
Tienen que ver con la memoria: con la atmósfera, con la impresión que deja un amanecer o una puesta de sol o un sol de medianoche, con un cielo nocturno, con una breve mirada a las nubes o al horizonte o a la tierra o al mar. Son la abstracción de esta memoria. Son la imaginación de esa memoria. Parecen ser lugares familiares. Sin embargo, lo que creíamos reconocer se ha vuelto más ambiguo, más misterioso.
Vivimos en una época en la que a menudo buscamos respuestas inmediatas, una gratificación instantánea, en la que un fragmento de sonido de 15 segundos es toda la atención que podemos prestar. Los cuadros de esta exposición trasladan al espectador y, de hecho, al artista, a una época con la que quizá ya no estemos familiarizados, en la que nos sentamos y contemplamos, en la que nos tomamos el tiempo de ir más despacio, de dejar que los cuadros se revelen lentamente, de crear nuestra propia narrativa. En muchos sentidos, estos son tiempos desconocidos.
Todos los cuadros de esta exposición se han realizado con una espátula, una herramienta que, para mí, es un proceso mucho más lento y contemplativo que el uso de pinceles. Todos se completaron en 2022.